"No sé tocar la guitarra, ni cantar tampoco, pero no se alarmen, yo
ayer era un tipo normal, uno de esos hombres normales con familia, trabajo,
casa, coche, amigos... Vamos, un tipo normal, pero miren ahora en lo que me he
convertido, un soldado sin uniforme que combate contra un enemigo invisible
pero eficaz por su perversidad, que mina la moral y destroza los hogares…
Sí, por las noches cojo mi guitarra toco y canto canciones como esta:
-Ayer me dijiste te amo,
ayer fue un día especial,
se borró de tu rostro tu sonrisa
hoy, no más despertar.
ayer fue un día especial,
se borró de tu rostro tu sonrisa
hoy, no más despertar.
Ahora, por las noches canto
y recuerdo cuando me decías:
que te quiero, que te quiero, que te quiero...
Hoy escúchame cantando:
que te follen, que te follen, que te follen...
tus te quiero fueron todos falsos-.
y recuerdo cuando me decías:
que te quiero, que te quiero, que te quiero...
Hoy escúchame cantando:
que te follen, que te follen, que te follen...
tus te quiero fueron todos falsos-.
Sí, por las noches canto, y toco mi guitarra a pesar de no saber hacer ni
lo uno ni lo otro, pero toco y canto y recuerdo cuando me decías al oído:
-Que te quiero, que te quiero, que te quiero…
Hoy tus te quiero son para otro, igual de falsos.”
Del libro de Pierre Colline *Las antorchas nunca prendieron en tu corazón*
(Analgama 1987).
No hay comentarios:
Publicar un comentario